La inflación que fue registrada en julio en los Estados Unidos, aumentó en un 0.3% después de haber registrado tres meses de deflación continua, según un informe Departamento de Trabajo.
El alza sitúa en un 1,2% al Índice de Precios al Consumidor (IPC) de los últimos 12 meses, estas cifras son positivas, puesto que después de haberse registrados tres meses seguidos de deflación, aunque fueron mínimas, se alivia en parte el temor que sentian los analistas que indicaban que se acercaba un periodo de deflación, el cual sumiría a los Estados Unidos en una crisis aun mayor.

La deflación genera pérdidas de empleo, puesto que en un momento como este, la gente se abstiene de comprar, puesto que cada vez los precios estarán más bajos, debido a una baja en la demanda. Esto, sumado a una disminución en la confianza al consumidor registrada en julio, explicaría en parte los aumentos en los inventarios de los Estados Unidos. Los precios habían caído un 0,1% en junio, un 0,2% en mayo y un 0,1% en abril.

Aunque en la primera semana de agosto, se registró un ligero aumento en la confianza del consumidor, "El alza fue demasiado pequeña para representar una mejoría significativa", comentó Richard Curtin, director de los sondeos, en un comunicado. "Los consumidores están esperando cada vez más un deslucido crecimiento de los ingresos y el empleo por un periodo prolongado de tiempo", agregó