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Por Verónica Rodriguez en 16 Jan 2010 - 1:40 (Miami)
Se recuerda que el escenario que se vive es que el 2010 es un año de lenta rehabilitación de la economía mundial y un momento en donde los efectos del cambio climático, en donde los mercados tendrían presiones inflacionarias por consecuencia de los incrementos del precio del petróleo.
Se recalca. Durante las primeras jornadas de lo que va de 2010 el crudo empezó a registrar un incremento en sus precios, lo que para algunos consultados será una constante en esta vigencia. El martes que ha pasado ya el precio del barril del crudo se ubicó en US$82, que es una de las cifras más altas desde el último trimestre de 2009. Tal cosa además sucedió por novena jornada consecutiva.
Ciertamente las demandas de combustible para calefacciones y cosas de ese estilo mostraron un remonte grandísimo gracias a las bajas temperaturas. Si bien, ayer el precio del petróleo cerró por debajo de los US$80 el barril, y cabe destacar que el gran problema es que los analistas concuerdan que es una cotización muy alta para lo que deberíamos de tener en la economía global. Por eso, más allá de los efectos positivos y negativos que esta tendencia tiene sobre el aparato productivo nacional y las finanzas públicas, los costos que se producen luego de las alzas asumirá el consumidor final, dicen distribuidores de combustibles.
El hecho de tener un incremento de la cotización del crudo se refleja en el aumento de los precios de lo que denominamos el día de hoy combustibles, lo que muy seguramente derivará en un ajuste a los fletes y por ende a los costos del transporte, tanto de productos como de materias primas y eso. O sea, básicamente en todo lo que se comercie fuera de fronteras se tendrán incrementos de precios sin contar que la especulación sobre los precios del petróleo pueden volver.
Por negativo que suene, se considera un aumento de los alimentos, así como de otros productos de la canasta familiar. Cosas que se van sumando también por la inestabilidad soberana de algunos países de la región donde la sombra de control centralizado de los aparatos productivos y comerciales se está viniendo.